Julio Cortázar, plantea una situación que confunde tanto al personaje como al lector, al no saber cual es el sueño y cual la realidad.
Y salían en ciertas épocas a
cazar enemigos;
le llamaban la guerra florida.
"El olor a guerra era insoportable, y cuando el primer enemigo le saltó al cuello casi sintió placer en hundirle la hoja de piedra en pleno pecho. Ya lo rodeaban las luces, los gritos alegres. Alcanzó a cortar el aire una o dos veces, y entonces una soga lo atrapó desde atrás.
- Es la fiebre - dijo el de la cama de al lado - A mí me pasaba igual cuando me operé del duodeno. Tome agua y va a ver que duerme bien -."
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