jueves, 21 de febrero de 2008

Escupiré sobre vuestra tumba

Además de HP Lovecraft y Allan Poe, Boris Vian es uno de mis autores favoritos, el primer libro conocí fue "El Arranca Corazones", este en algun momento lo posteare tambien. Escupiré sobre vuestra tumba, relata la venganza de Lee Anderson un hombre negro pero de piel blanca cuyo hermano muere, linchado y colgado por enamorarse de una mujer blanca.

Esta obra fue escrita por Boris Vian, bajo el seudonimo de Vernon Sullivan (supuesto escritor negro), en los libros que escribio bajo el seudonimo tenian la intencion de denunciar el racismo y las condiciones precarias de los negros en los estados sureños de los EU. Poco después de supublicación, en 1949, el libro fue prohibido por considerarlo pornográfico e inmoral, y su autor fue condenado por ultraje a los muertos.

"-Tú no eres como todo el mundo, Lee, tienes los hombros caídos como un boxeador negro.

Solté a la chica y me puse en guardia, y bailé a su alrededor cantando palabras que me iba inventando, y todos se echaron a reír, pero yo estaba molesto. Dexter no se reía. Seguía mirándome.

Aquella noche, me miré en el espejo del cuarto de baño, y me eché a reír a mi vez. Con ese pelo rubio, esa piel rosada y blanca, no corría ningún riesgo. Los iba a joder a todos. Dexter hablaba por pura envidia. Y además, era verdad que yo tenía los hombros caídos. ¿Qué mal había en ello?"

miércoles, 13 de febrero de 2008

Cero en geometría

Les dejo un par de cuentos ultracortos, el primero fue escrito por Frederic Brown. De este no hay mucho que decir.... bueno solo quiero decir que la ignorancia no siempre paga, aunque hay muchos casos que pufff, bien dicen que la felicidad es inversamente proporcional al conocimiento.

Henry miró el reloj. Dos de la madrugada. Cerró el libro con desesperación. Seguro que mañana sería reprobado. Entre más quería hundirse en la geometría, menos la entendía. Dos fracasos ya, y sin duda iba a perder un año. Sólo un milagro podría salvarlo. Se levantó. ¿Un milagro? ¿Y por qué no? Siempre se había interesado en la magia. Tenia libros. Había encontrado instrucciones sencillísimas para llamar a los demonios y someterlos a su voluntad. Nunca había hecho la prueba. Era el momento, ahora o nunca.

Sacó del estante el mejor libro sobre magia negra. Era fácil. Algunas fórmulas. Ponerse al abrigo de un pentágono. El demonio llega. No puede nada contra uno, y se obtiene lo que se quiera. Probemos.

Movió los muebles hacia la pared, dejando el suelo limpio. Después dibujó sobre el piso, con un gis, el pentágono protector. Y después pronunció las palabras cabalísticas. El demonio era horrible de verdad, pero Henry hizo acopio de valor y se dispuso a dictar su voluntad.

-Siempre he tenido cero en geometría - empezó.

-A quién se lo dices...- contestó el demonio con burla.

Y saltó las líneas del hexágono para devorar a Henry, que el muy idiota había dibujado en lugar de un pentágono.

Birthday Present

Minuciosamente dividió el todo en partes.
Guardó cada una de las partes en una caja de cartón.
La cerró bien, la envolvió en celofán de vivos colores.

La adorno con un moño y pegó con cinta adhesiva una tarjetita que decía:
"Feliz cumpleaños, querida suegra."

Mientras se dirigía al correo con el paquete a cuestas, dijo para sus adentros:
"Nunca, en nuestros años de matrimonio, creí que Lola pesara tanto."

miércoles, 6 de febrero de 2008

Hambre

Gracias a Angel Tlacuilo, que hace algún tiempo hizo esta aportación, no había tenido tiempo de leerlo y me gusto. Hay libros que cuando los terminas sientes que solo te gustaron o no en su caso, pero hay algunos otros que te dejan un sentimiento extraño, "Hambre" escrito por Knut Hamsun es uno de ellos. Es sobre los estragos, locura, delirios que puede causar el hambre; hasta donde serias capaz de llegar por tratar de saciar el hambre, y al mismo tiempo mantener la dignidad y por cuanto tiempo.

"Me metí en el callejón de los Herreros, tan lejos como pude ocultarme, y me detuve ante la puerta carcomida de un patio sin luz. Completa oscuridad reinaba a mi alrededor; empecé a morder la carne del hueso.

No era agradable, despedía un nauseabundo olor de sangre vieja, y me dio vómito en seguida. Hice una nueva tentativa. Si pudiera retener un trocito de carne, produciría su efecto. Probé de nuevo, pero me dieron bascas. Me enfurecí mordí, violentamente la carne, arranqué un pedacito y lo tragué a la fuerza. De nada me sirvió. Tan pronto los pedazos se calentaban en mi estómago, ascendían. Apreté locamente los puños, lloré de desesperación, y mordí como un poseído; tanto lloré, que el hueso se mojó de lágrimas; vomité, juré y mordí cada vez más fuerte; oré como si mi corazón fuera a romperse, y vomité otra vez....Lleno del más impotente odio, transportado de furor, dirijo violentamente al cielo peticiones y amenazas.

Nadie me contesta."

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